La dermatitis es un término general que describe solamente una inflamación de la piel. Sus causas pueden ser diversas y manifestarse de distintas formas. Lo más común es que se produzca una erupción con comezón sobre la piel enrojecida e inflamada, aunque puede acompañarse de otras manifestaciones como seborrea (grasa), descamación, supuración, etc.

Las dermatitis son frecuentes, pero no representan riesgo de contagio, aunque suelen incomodar y afectar la actividad diaria de los pacientes, así como su autoestima.

Entre los principales tipos de dermatitis se encuentran las siguientes:

1. Dermatitis seborreica; en la cual se presenta una base eritematosa, enrojecida, irritada, con exceso de
   grasa en la superficie de ciertas zonas, principalmente en cara, cuero cabelludo y algunas zonas del cuerpo
   como el pecho y espalda. Pueden presentarse escamas blancas y/o amarillentas con una base
   eritematosa, irritada. Se desconoce exactamente su causa, pero se ha relacionado con factores
   hormonales, inmunitarios y genéticos.
2. Dermatitis atópica; se debe a una reacción similar a una alergia y su evolución es crónica. La piel se hace sensible debido a que carece de ciertas proteínas y se altera la barrera de permeabilidad epidérmica. Se forman lesiones con inflamación y enrojecimiento. Existen varios factores que pueden empeorar los síntomas como ácaros y polvo, aire seco del invierno, contacto con materiales irritantes químicos, jabones, perfumes, ropa de lana y telas sintéticas, estrés emocional, baños y duchas prolongadas o natación, etc.
3. Dermatitis por contacto; es una inflamación con enrojecimiento y escozor de la piel, después del contacto directo con alguna sustancia. Estas sustancias pueden ser ácidas o alcalinas que se utilizan en la fabricación de algunos materiales, telas, objetos y utensilios, cosméticos, productos para la higiene, entre muchos otros.

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