La psoriasis es un padecimiento en el cual la regeneración de la piel está acelerada y, por consiguiente, hay irritación cutánea y se producen lesiones eritematosas (enrojecidas) y escamosas (como escamas de pescado). La causa se desconoce, pero se han relacionado de manera importante la herencia y factores autoinmunitarios, es decir, una reacción propia del organismo.

Aparecen lesiones enrojecidas cubiertas de una escama color blanco, nacarado, similar a las escamas de un pescado. Estas lesiones son secundarias al rascado intenso que ocasionan la resequedad de la piel y el recambio acelerado de la epidermis y pueden ocasionar sangrado al desprenderse.  Su localización es más frecuente en cuero cabelludo y salientes óseas como codos y rodillas, pero pueden aparecer en cualquier otra zona corporal. Este padecimiento puede desaparecer espontáneamente y reactivarse repetidas veces.

El tratamiento incluye medidas generales como exposición breve a la luz solar o fuentes de luz artificial (fototerapia), recreación y reposo. Se utilizan medicamentos para controlar los síntomas y prevenir infecciones, así como algunos que controlan las lesiones y revierten el proceso acelerado de recambio de la epidermis como queratolíticos y alquitrán de hulla. Actualmente se han tenido buenos resultados con derivados de vitamina D3.

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