Las varices o venas varicosas son dilataciones de las venas ocasionadas por una mala circulación en su retorno hacia el corazón y los pulmones. Las várices, pueden aparecer en el esófago, estómago y hemorroides, lo cual indica la presencia de algún padecimiento que está obstruyendo el retorno de sangre venosa en esos órganos. Por otro lado, las várices también aparecen en la cara (mejillas, pómulos y nariz), aunque son más frecuentes en las piernas, lo cual indica que las venas que se encuentran en esas regiones tienen dificultad de impulsar la sangre para facilitar su retorno.

Las varices localizadas en las piernas pueden ser desde muy leves, en cuyo caso solamente se observan a través de la superficie de la piel algunas “arañitas vasculares”, es decir, dilataciones de pequeños vasos capilares, y el paciente no presenta síntomas que pongan en verdadero peligro la circulación. Este tipo de várices o “arañitas vasculares” se asocian a la presencia de celulitis, sobre peso, sedentarismo y uso de zapatos con tacón elevado.

Las várices que se clasifican como leves, es decir, las “arañitas vasculares”, muchas veces representan solamente una molestia estética que no compromete la salud y pueden eliminarse mediante un tratamiento que se conoce como escleroterapia, en el cual se infiltra un medicamento que destruye esos pequeños vasos , estimulando de esta manera que la circulación encuentre otra vía y se formen nuevos vasos que faciliten el retorno de la sangre venosa.

Otros métodos muy efectivos para eliminar esas “arañitas vasculares” son la Luz Pulsada Intensa y el Láser NdYAG que actúan destruyendo los vasos sanguíneos capilares involucrados, mediante termólisis selectiva.

Es necesario advertir que en un porcentaje importante de pacientes, principalmente mujeres, las varices localizadas en piernas que ya tienen un aspecto varicoso muy tortuoso, y que además ocasionan molestias como dolor y pesantez, o incluso rubor y calor, representan un mayor problema que compromete seriamente la circulación y será necesario acudir para valoración médica, con el objetivo de realizar un adecuado diagnóstico y elegir el mejor tratamiento dirigido a mejorar la circulación y evitar complicaciones.

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