El vitíligo es un padecimiento, en el cual se pierde el color de la piel, debido a la destrucción o falta de funcionamiento de los melanocitos, las células encargadas de producir un pigmento llamado melanina. Esta pérdida de color de la piel inicia principalmente en las zonas de salientes óseas y expuestas al sol, es decir, nudillos de las manos, codos, región peribucal, zona del mentón, alrededor de las cejas y párpados, aunque puede aparecer en cualquier parte del cuerpo.

Se desconoce la causa que provoca la destrucción o falta de funcionamiento de los melanocitos y, por consiguiente, la pérdida de coloración en la piel, sin embargo, existen diversos factores que pueden desencadenar el padecimiento:

1. Trastorno del sistema inmunitario que ataca y destruye los melanocitos de la piel.
2. Antecedentes familiares (herencia).
3. Un traumatismo desencadenante, por ejemplo, una quemadura solar, un episodio de estrés o exposición con productos químicos industriales.

El vitíligo no tiene cura definitiva, pero el tratamiento puede ayudar a detener el proceso de despigmentación o pérdida de coloración, e  incluso puede volver a pigmentar áreas que habían perdido su color. Además, es importante mantener un seguimiento y valoración dermatológica periódica para establecer un tratamiento que permita proteger a la piel y así evitar quemaduras solares o cáncer de piel, debido a que la falta de melanocitos y del pigmento melanina en la piel, expone a mayores riesgos de este tipo.

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